Renata Zarazúa: la mexicana que hizo vibrar al US Open

Por Fulana de Tal

Desde niña, Renata Zarazúa soñaba con el tenis. Empezó en canchas sencillas de la Ciudad de México, alentada por su familia, con la convicción de que el deporte no tenía género. Esa convicción se transformó en disciplina, viajes interminables y años de lucha en torneos menores. Hoy, en el US Open 2025, todo ese esfuerzo se convirtió en gloria: Renata venció en un épico duelo de más de tres horas a Madison Keys, la número 6 del mundo y campeona del Abierto de Australia, para firmar una de las victorias más importantes en la historia del tenis mexicano.

Y aquí es donde la historia se vuelve personal. Porque yo también fui esa niña que tomó una raqueta en sus manos, que entrenó bajo el sol y que soñó con llegar lejos en el tenis. Sé lo que cuesta cada punto, cada torneo, cada viaje. Fueron 15 años de mi vida dedicados al tenis profesional, con todo lo que implica: sacrificios, derrotas que duelen, victorias que te hacen creer y, sobre todo, el amor a un deporte que te marca para siempre. Por eso, ver a Renata triunfar no solo emociona: conmueve hasta lo más profundo. En ella me reconozco, y en su victoria siento que muchas de nosotras también ganamos.

Fue un triunfo con carácter y resiliencia. Tras ceder el primer set y enfrentar a una rival con mayor experiencia, Renata respondió golpe a golpe, se mantuvo firme en los momentos críticos y llevó el partido a su propio ritmo. En la cancha más imponente del tenis, el Arthur Ashe Stadium, desplegó temple y corazón, demostrando que la grandeza se mide en la capacidad de crecer en la adversidad y convertir la presión en inspiración.

Su victoria no solo rompe una estadística de casi tres décadas sin que una mexicana derrotara a una Top-10 en un Grand Slam. Es también la coronación de una carrera que ha ido paso a paso: semifinalista en Acapulco, triunfos en Roland Garros y el Abierto de Australia, y ahora consolidada entre las mejores del mundo con su mejor ranking histórico. Cada pelotazo de Renata cuenta la historia de años de trabajo y de un sueño que se niega a rendirse.

Pero más allá de los números, su triunfo significa esperanza. Renata representa a todas esas niñas y jóvenes que en México entrenan en canchas improvisadas, que sueñan con una raqueta profesional y que hoy, gracias a ella, pueden creer que es posible. Su victoria no es solo suya: es de todas las mujeres que luchan por tener un espacio en el deporte y que, con cada paso, reclaman la visibilidad y el respeto que se les debe.

El mensaje es claro: ellas ya están listas. Ahora nos toca a nosotros darles más cancha, más apoyo, más difusión. Porque cada vez que una mujer mexicana se atreve a soñar y lo logra, no solo gana ella: gana un país entero.

¡Abramos cancha!

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