Dos estrellas, un mismo sueño: Corral y Ovalle rumbo a la cima de Concacaf
Por Fulana de Tal
Cuando pienso en lo mucho que ha avanzado el fútbol femenil en México, veo rostros, esfuerzo y goles que hacen historia. Dos de esas historias vivas que hoy inspiran con su talento y determinación son las de Charlyn Corral y Lizbeth Ovalle, nominadas para “Mejor Jugadora de Concacaf 2024/2025”. Ellas no solo merecen ese reconocimiento; se lo han ganado partido a partido, con cada desmarque, cada regate y cada gol.
Charlyn lo volvió a hacer. En la temporada 2024-25 de la Liga MX Femenil, fue la máxima goleadora con 21 goles en el torneo Clausura, rompiendo su propio récord de 20 goles del Clausura 2023. Esa marca no solo habla de puntería: habla de constancia, de liderazgo, de asumir la responsabilidad de marcar la diferencia cuando el equipo más lo necesita. Su capacidad de exceder expectativas la ha convertido en referente: no es solo la número que aparece en la tabla de goleadoras; es quién inspira a las niñas que sueñan con ser profesional, la que demuestra que la veteranía puede brillar tanto como la juventud.
Lizbeth Ovalle, por su parte, ha tejido su propio legado. Durante sus años con Tigres Femenil, jugó 294 partidos, anotó 136 goles y repartió 103 asistencias, convirtiéndose en la máxima goleadora histórica del club. Su estilo, sus destellos de creatividad, ese don especial para definir y generar juego hacen que cada vez que pisa la cancha, el público sepa que puede pasar algo extraordinario. Además, su traslado al Orlando Pride por 1.5 millones de dólares marcó un hito: se convirtió en la transferencia más cara del fútbol femenil mundial. Este movimiento no solo la impulsa a ella, sino que demuestra al mundo que hay valor, que hay mercado, que invertir en mujeres futbolistas ya no es novedad, es una exigencia.
Que Charlyn y Lizbeth estén nominadas no es solo un reconocimiento individual. Es un reflejo de cuánto ha crecido el deporte femenil. Es visibilidad que abre puertas: para que haya más inversiones, para que las niñas vean camino real, para que los medios, los patrocinadores y los aficionados vean el talento sin género.
Cuando una delantera dispara 21 goles en un campeonato, o cuando una mediocampista asiste, filtra, define y lidera en 294 partidos, lo que queda claro es que el talento existe aquí, en México. Que no es cosa de otros países; que es mérito, constancia y pasión local.
Mi deseo es que gane quien gane este premio, sepan todas las que aspiran a jugar profesional que ese sueño tiene base firme. Que esta nominación motive a seguir subiendo estándares —mejor infraestructura, mayor cobertura mediática, más apoyo institucional— porque solo así podremos construir un fútbol femenil en el que más mujeres puedan tener oportunidades de brillar
Charlyn Corral y Lizbeth Ovalle ya hicieron lo difícil: hacerse visibles, hacerse merecedoras, hacerse indispensables. Ahora, en esta nominación, tienen la oportunidad de inspirar aún más.
¡Abramos cancha!